
EL ESPECTÁCULO CRUEL DEL CIRCO
Hace 250 años, el jinete ingles Philip Astley inauguro un espectáculo de acrobacias ecuestres. Su particularidad era el espacio donde actuaban caballos y jinetes de forma circular para que el público tuviera una mejor perspectiva. Fue un éxito rotundo y como reforzamiento se contrató a malabaristas, actores y payasos, fue así como surgen en toda Europa y posteriormente en América los circos.
Posteriormente se incluyeron animales de todo tipo para que los viera el público solamente en sus jaulas. Más tarde decidieron volver a los animales salvajes parte del espectáculo circense.
El destino de los animales estaba sentenciado.
Si bien los actos ya no consisten en golpearlos, el maltrato continúa: el castigo físico y el uso del dolor para el entrenamiento es una práctica común, los espacios a los que quedan confinados los animales no son suficientes para cumplir sus necesidades físicas o de estímulo psicológico, los traslados entre ciudades no contemplan las necesidades de los animales y muchas veces son forzados a trabajar a pesar de estar enfermos.
En México, los circos con animales salvajes fueron legales hasta junio de 2015, cuando entro en vigor la ley que los prohíbe.