
LA SOCIEDAD DE LOS POETAS MUERTOS.
En un mundo en el que el honor y la tradición son lo más importante, revelarse contra este “estatus” representa un pecado imperdonable. En un mundo en que la integridad y la tradición son los máximos valores, ejercer la juventud es también un pecado imperdonable. Esta película puede considerarse un clásico de su época. Un cinta que conmovió a mucha gente con la historia del profesor que enseña a sus inquietos alumnos a aprovechar cada momento de sus vidas y hacer de esos momentos algo extraordinario.
El profesor es una especie de profeta que alienta a sus alumnos a sacudirse el yugo de la “tradición y el honor”, un profeta que choca directamente con el resto del cuerpo académico, empeñado en impedir cualquier tipo de cambio. Sus alumnos le corresponden con lo único que pueden en un ambiente represivo e intolerante... le son leales, incluso, hasta la muerte. La escuela, la familia, la autoridad, la nación, todo pasa a un segundo plano. Lo importante es siempre “uno”. El reforzamiento de individualidad y el reconocimiento y respeto de otras individualidades es lo que desata la lealtad y la fraternidad en los seres humanos.
Esa es la lección que este profesor trasmite a sus conflictuados alumnos, aunque también deja muy en claro que esa misma lección suele pagar un precio muy alto en un mundo como el nuestro.